5. Anotaciones

TEORÍA DEL APEGO

La teoría del apego, nace de la mano del psicólogo inglés John Bowlby, durante los años 50, y describe la dinámica de las relaciones entre seres humanos. Los estudios de Bowlby, versaron sobre los primeros apegos, más concretamente, sobre el vínculo afectivo que establece el bebé con su madre, principal figura de apego y base de sus próximas relaciones. Para la formulación de su teoría, mostró interés por diferentes áreas, como la etología, la biología evolutiva y la evolución por selección natural. Bowlby defendía que el apego de un niño hacia su madre era una conducta instintiva y altamente adaptativa, que busca protección. De esta manera, el miedo que un niño siente ante un extraño, es un mecanismo de defensa innato que le protege del peligro.

     Un tiempo después, durante los años 70, Mary Ainsworth, decidió ir un paso más allá, y basándose en la teoría de Bowlby, diseñó un experimento al que llamó “La situación extraña”, con el fin de analizar las interacciones de un grupo de niños con su madre y con una persona extraña en diferentes situaciones. La primera situación consistía en meter, en una habitación de juegos, a un niño acompañado exclusivamente de su madre. En la segunda situación, una persona extraña se incorporaba a la habitación, junto a la madre y el niño. La tercera situación consistía en hacer salir a la madre de la habitación, dejando al niño con la persona extraña. Y en la cuarta situación, la madre volvía a entrar en la habitación con su hijo. Los resultados de este experimento, le permitieron comprobar que, no todos los niños reaccionaban igual ante la misma situación. De hecho, distinguió hasta 3 patrones de conducta diferentes: apego seguro, apego inseguro-evitativo y apego inseguro-ambivalente.

  • Apego seguro: estos niños, exploraban todos los juguetes en presencia de la madre, sin embargo, cuando la madre salía de la habitación, disminuían las conductas de exploración y se mostraban afectados por su ausencia. Cuando la madre regresaba a la habitación, los niños estaban muy alegres y se acercaban a ella en busca de contacto físico, durante unos instantes, antes de continuar con la exploración.

Al observar la conducta de estas madres en su hogar, comprobaron que, siempre respondían a las llamadas de su hijo, mostrándose disponibles cuando las necesitaban. Los niños lloraban muy poco en casa y mostraban un patrón saludable de apego.

  • Apego inseguro-evitativo: estos niños, tenían una conducta bastante independiente. Desde el primer momento, exploraban los juguetes, comportándose de igual forma, con la presencia o no de la madre. Por otra parte, no se mostraban afectados cuando la madre salía de la habitación y tampoco buscaban acercarse a ella, cuando regresaba a la habitación.

Al observar la conducta de estas madres en su hogar, comprobaron que, se mostraban insensibles y rechazantes, ante las peticiones del niño. La explicación que le dieron a este comportamiento es que, el niño, tras haber sufrido varios rechazos por parte de la madre, comprende que no puede contar con ella y muestra indiferencia, negando su necesidad de tenerla cerca, como una estrategia que le ayuda a protegerse del abandono y evitar la frustración.

  • Apego inseguro-ambivalente: estos niños, se mostraban tan extremadamente preocupados por el paradero de su madre, en todo momento, que incluso con su presencia, no exploraban los juguetes. Lo pasaban muy mal cuando ellas salían de la habitación y, sin embargo, se mostraban ambivalentes cuando regresaban.

Al observar a estas madres en el hogar, comprobaron que eran sensibles y cálidas, en algunas ocasiones y frías e insensibles, en otras. Estas pautas de comportamiento de la madre, hacen que el niño se muestre inseguro, respecto a su disponibilidad, cuando la necesita.

     Posteriormente, en la década de los 80, Cindy Hazan y Phillip Shaver, ampliaron esta teoría, identificando 4 estilos de apego, en las relaciones amorosas que se dan entre las personas adultas:

  • Apego seguro: son personas que mantienen una visión positiva de sí mismos y de sus relaciones. No les preocupa la intimidad ni la independencia. Son personas seguras.
  • Apego preocupado-ansioso: son personas que mantienen una visión de sí mismos y de sus relaciones, poco positiva. Necesitan la aprobación de los demás. Son dependientes y desconfiados con sus parejas. Muestran altos niveles de expresión emocional e impulsividad.
  • Apego evitativo-independiente: son personas que tienen una visión de sí mismas como autosuficientes y no necesitan relaciones cercanas. No se sienten cómodos en la intimidad y son muy independientes. Ocultan sus emociones.
  • Apego desorganizado: son personas que mantienen una visión de sí mismos como personas poco valiosas y tienen sentimientos contradictorios en sus relaciones. A veces lo desean, y otras veces, se sienten incómodos, ante la intimidad emocional. Son desconfiados y no suelen expresar sus emociones.

     Todos estos estudios, realizados en la segunda mitad del siglo XX, nos ayudan a comprender la influencia que ejercen nuestros primeros apegos, en las futuras relaciones que vayamos a establecer.

Espero que esta publicación te haya servido de ayuda.

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Hasta la semana que viene, ¡Feliz fin de semana!

Patricia Pereles Montes