5. Anotaciones

HISTORIAS DE HALLOWEEN

Hoy, 31 de Octubre, celebramos la noche de Halloween. Una mágica noche, en la que brujas, fantasmas y calabazas, invaden nuestras calles, y donde el miedo se convierte en el gran protagonista. A lo largo de la historia, tanto niños como adultos, disfrutamos de esa descarga de adrenalina que provoca el miedo controlado, a través de las atracciones, películas de miedo, etc. Pero, en el caso de los niños, su vulnerabilidad, su gran imaginación, y su dificultad para distinguir la ficción de la realidad, hacen que el miedo se extienda a personajes imaginarios como monstruos o fantasmas. Todos ellos, así como el miedo a la oscuridad, a separarse de sus padres o a estar solos, son miedos evolutivos que aparecen en los primeros años de vida y poco a poco van desapareciendo con la edad.

Algunos de los cuentos de terror más populares, escritos para niños, tienen como principal función, hacer que sean más precavidos, que no confíen en personas desconocidas, que obedezcan a los mayores o que simplemente se porten bien.

Pero, ¿es recomendable que los niños escuchen historias de miedo?

La respuesta es SI, no sólo es recomendable, sino que los cuentos de miedo, pueden ayudar al niño:

  • A enfrentar sus miedos, copiando las estrategias utilizadas por el protagonista de la historia
  • A proyectar aspectos positivos sobre el héroe y negativos sobre la bruja o villano, del cuento
  • A distinguir el bien del mal, observando las consecuencias de cada comportamiento, en los distintos personajes
  • A acercarse a sus miedos, de una manera controlada, y en un entorno seguro

Esto no significa que podamos exponer a nuestros hijos a cualquier nivel de terror. Antes de contarle a un niño una historia de miedo, debemos tener en cuenta algunos aspectos:

  • Si es un niño muy miedoso, al que sus miedos le provocan sufrimiento, no le leas una historia de terror, pues podría provocarle pesadillas.
  • Busca cuentos que sean adecuados a la edad del niño.
  • Asegúrate de que entiende su contenido, y que el bien y el mal están bien delimitados en el cuento.
  • Deja que dibuje o escriba acerca de lo que le da miedo. Que dibuje al monstruo que se esconde bajo su cama, le ayudará a superar su miedo.
  • Incluye una clave de humor dentro del cuento de terror. Un poco de humor ayuda a reducir el miedo.
  • Crea un entorno de seguridad (no les dejes solos y con la luz apagada)
  • Elige cuentos en los que se muestren estrategias para aprender a vencer al malo.

Por último, para celebrar esta mágica y terrorífica noche, os dejo un cuento de miedo para que podáis contar a vuestros hijos:

El fantasma tragón

Anita era una niña que creía firmemente en la existencia de los fantasmas, y a la que le encantaban los cuentos de terror. Al acercarse la Noche de Halloween, sólo quería salir a buscar golosinas, con la esperanza de encontrar a un terrorífico fantasma para pasar un buen susto.

La noche del 31 de Octubre, se disfrazó con sus amiguitas, y se fue a conseguir muchos dulces y tal vez.. ¿alguna aventura?

Cuando volvió a casa, cargada de golosinas, lo primero que hizo fue buscar un buen escondite donde guardarlas, pues no quería compartirlas con nadie.

Cuando se metió en la cama, se durmió muy pronto. Pero a medianoche, un ruido la despertó. Asomó la cabeza entre las sábanas, y cuál fue su sorpresa al observar que lo que había a los pies de la cama era nada más y nada menos que.. ¡un fantasma!

El fantasma se deslizaba flotando por toda la habitación. Anita observaba atentamente y casi sin respirar. De repente, el fantasma desapareció de su vista con un ruido como el papel que se arruga en las manos. A la mañana siguiente, corrió a contar a su familia lo que había ocurrido la noche anterior. Su madre intentaba convencerla de que habría sido un sueño, pero Anita insistía que era verdad, ella misma lo había visto. Finalmente, logró que sus padres subieran con ella hasta su cuarto. Una vez allí, Anita les enseñó donde había visto al fantasma y ¡oh, sorpresa! ¡su escondite había sido saqueado! Ya no estaban allí sus caramelos, ni sus chocolates, ni sus galletas, conseguidas con tanto esfuerzo la tarde anterior.

¿Habría sido el fantasma? ¿los fantasmas comen chocolate y golosinas?

Hoy, 22 años después, Anita aún no conoce la respuesta. Nadie ha podido confirmar en qué consiste la dieta de un fantasma. Lo que Anita sí sabe es que, si aquel día hubiese compartido sus dulces con sus papás y sus hermanos, no se habría quedado sin ellos.

Así que, ¡¡¡este Halloween compartid las chuches con vuestros amigos y familiares, no sea que el fantasma tragón vuelva y se los coma!!!!

Espero que esta publicación te haya servido de ayuda.

Si tienes alguna duda o sugerencia, escríbeme al correo clinicaprincipado@gmail.com

Hasta la semana que viene, ¡Feliz fin de semana!

Patricia Pereles Montes