5. Anotaciones

DISONANCIA COGNITIVA

“Vive de manera que tus actos estén en coherencia con tus palabras, tus palabras con tu pensamiento y tu pensamiento con tu corazón”

     El término disonancia cognitiva lo propuso el psicólogo Leon Festinger, para referirse a los estados de disarmonía interna que percibe una persona cuando su comportamiento entra en conflicto con su estado de creencias. En su obra “Theory of Cognitive Dissonance” (1957), Festinger propone la teoría de la disonancia cognitiva para explicar esa necesidad que tenemos las personas de mantener una cierta coherencia ente nuestras creencias, emociones y conductas, llegando incluso al autoengaño, en un intento por reducir el malestar que nos produciría su inconsistencia.

     Para poner a prueba este fenómeno, Leon Festinger y James Carlsmith realizaron un experimento con una muestra de estudiantes de la Universidad de Standford. Los estudiantes se repartieron en 3 grupos y se les pidió que realizaran una tarea muy monótona y aburrida (poner carretes en una bandeja y cogerlos con una mano).

     Una vez finalizada la tarea, al primer grupo se les dio las gracias por su participación y se les dejó marchar. Al segundo grupo, se les propuso mentir a sus compañeros, diciendo que la tarea había sido muy divertida, a cambio de 1 dólar. Y al tercer grupo, se les propuso mentir a sus compañeros sobre lo divertida que resultó la tarea, pero a cambio de 20 dólares.

     Una semana más tarde, los examinadores le preguntaron a cada uno de los grupos, cómo les había resultado la tarea. Les pidieron que fueran sinceros.

     El primer grupo dijo que había sido muy aburrida, el segundo grupo dijo que había sido divertida y el tercer grupo dijo que había sido muy aburrida.

     Sólo el segundo grupo experimentó disonancia cognitiva. El tercer grupo pudo justificar de manera externa su mentira (lo había hecho a cambio de 20 dólares). El primer grupo no tuvo que mentir a sus compañeros, por lo que no tuvo que justificarse. El segundo grupo, en cambio, sólo recibió 1 dólar por mentir a sus compañeros y no pudo justificarse de manera externa (no había mentido a cambio de dinero), por lo que inconscientemente, mediante autoengaño, cambiaron su creencia sobre la tarea, para que fuera coherente con sus actos.

     Esto ocurre muy habitualmente, y probablemente no hayamos sido conscientes de este fenómeno. Tenemos disonancia cognitiva cuando:

  • Queremos llevar una vida saludable, pero nuestros actos indican lo contrario: No vamos al gimnasio y pensamos “en realidad ir al gimnasio se nota a largo plazo y por un día que no vaya, no importa, ya voy la semana que viene”. Nos saltamos la dieta, y al comer chocolate, pensamos “un poco de chocolate tampoco está tan mal, mañana hago una ensalada”
  • Tenemos un examen importante en unos días, pero nos da pereza ponernos a estudiar y nos surge un plan mucho más interesante, “hoy es el cumple de Pedro, y no puedo faltar, ya lo estudio otro día”, “tampoco es tanta materia, hoy voy al cumple y mañana empiezo con eso”
  • Ante una ruptura sentimental o un amor no correspondido, nos justificamos con frases como “no era lo que esperaba”, “siempre supe que no funcionaría”, “tampoco me gustaba tanto”.
  • Se te cae tinta en tu camiseta, no logras quitar la mancha con nada y piensas “en realidad no la ponía tanto” o “ya la iba a retirar”

     Durante la disonancia cognitiva, la mente acepta la mentira como una verdad, para resolver ese estado de disonancia.

     Una manera de evitar este malestar, es que nuestros actos estén en coherencia con nuestros sentimientos, valores y creencias, Pero, en caso contrario, ¿es posible aceptar esta disonancia? La respuesta es SÍ. Hay muchas personas que logran aceptar sus contradicciones de manera natural, esto hace que no necesiten justificar su comportamiento a través del autoengaño y acepten que sus creencias y sus actos, en algunos casos, se contradigan.

Espero que esta publicación te haya servido de ayuda.

Si tienes alguna duda o sugerencia, escríbeme al correo clinicaprincipado@gmail.com

Hasta la semana que viene, ¡Feliz fin de semana!

Patricia Pereles Montes