5. Anotaciones

CÓMO VENCER LA CULPA

La culpa nace para castigarnos por algo que creemos que hemos hecho mal, o por algo que no hemos hecho y consideramos que deberíamos haber hecho. Es uno de los sentimientos más limitantes que hay; nos impide actuar, nos paraliza y nos obliga a fijar toda nuestra atención en el problema, y no en la solución. La culpa se relaciona, además, con otras emociones como la tristeza, la vergüenza y la ira, la sensación de incapacidad y fracaso, y conductas de queja, lamento y autocastigo.  

A través de la culpa, nos convertimos en protagonistas de un juicio inventado, donde nosotros mismos somos juez y acusado, donde sólo tenemos en cuenta a la parte acusadora y donde nos imponemos la peor de las condenas.  

El Dalai Lama dijo: “sólo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto, hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir”. Esta afirmación nos recuerda que no podemos actuar en el pasado, por más que lo intentemos. Sentirnos culpables no cambiará nada de lo ocurrido, sólo logrará hacer aún mayor el problema, al añadirle la preocupación obsesiva que representa la culpa. Y si no podemos cambiar el pasado, ¿para qué sirve la culpa? En realidad, la culpa no tiene ninguna utilidad. Es un desgaste emocional innecesario, que nosotros mismos nos generamos, como castigo por lo que ha ocurrido en el pasado.

Pero ¿qué pasaría si en vez de castigarnos por un error, tratamos de buscar una solución o enmendarlo? Tomar acción, con conductas como reparar lo que estropeamos, reponer lo que quitamos, pegar lo que rompimos, disculparnos con quién herimos o ayudar a quien nos necesita, nos aleja de la culpa, y nos convierte en responsables de nuestros actos. Acercándonos de esta manera a la solución y no al problema.

Imagina que están dentro de un laberinto del que deseas salir, ¿qué harías?

  1. Sentarme en una esquina a quejarme y lamentarme por estar encerrado
  2. Tratar de buscar el camino de salida

Como puedes ver, la primera opción no ayuda a resolver el problema, sino que lo hace más grande, ya que además de estar encerrado, estas triste y preocupado. Sin embargo, la segunda opción te acerca a la solución, te puede llevar más o menos tiempo, pero es la única forma de salir del laberinto.

La alternativa a la culpa es la responsabilidad. Hazte responsable de tus actos, y no culpable, sólo así encontrarás la solución a tus problemas.

Espero que esta publicación te haya servido de ayuda.

Si tienes alguna duda o sugerencia, escríbeme al correo clinicaprincipado@gmail.com

Hasta la semana que viene, ¡Feliz fin de semana!

Patricia Pereles Montes