5. Anotaciones

ADICCIÓN A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN JÓVENES Y ADOLESCENTES

En la entrada de blog anterior, hablábamos del uso y abuso de las nuevas tecnologías por parte de los niños. Hoy analizaremos el problema de dependencia o adicción, en adolescentes y jóvenes. El uso desadaptativo de las nuevas tecnologías, como factor de riesgo en el desarrollo de malestar emocional, es un tema cada día más investigado, debido a la gran alarma social que ha generado. Por esta razón, es muy importante aprender a detectar ciertos comportamientos que nos indican que existe dependencia.

   Varios estudios realizados sobre el uso de las nuevas tecnologías por parte de los jóvenes y adolescentes, arrojan los siguientes resultados:

  • Más de un 80% de los adolescentes, utiliza el teléfono móvil con frecuencia.
  • No existen diferencias significativas por sexo.
  • Los jóvenes utilizan las nuevas tecnologías, principalmente en su casa, lo que provoca una reducción de sus actividades sociales.
  • Los adolescentes no perciben el abuso como un problema, es una conducta aceptada y normalizada. La percepción del abuso como un problema, aumenta con la edad.
  • Existen una serie de conductas indicadoras de que hay un problema de adicción.
  • Las nuevas tecnologías más utilizadas por los jóvenes son el móvil y la televisión.
  • Sus usos más frecuentes son: conocer y relacionarse con otras personas, hacer consultas, estar al día de las noticias, acceder a información actualizada y ocupar el tiempo libre y de ocio.

   En España, se realizó un estudio sobre el uso problemático del móvil, durante el curso 2008-2009, entre alumnos de cuatro centros públicos de Barcelona. Para ello, administraron en una muestra de 1132 adolescentes de entre 12 y 18 años, la Escala adaptada de “Mobile Phone Problem Use Scale”, que arrojó como resultado una prevalencia del 14,8% de usuarios problemáticos.

   Los adolescentes, constituyen un grupo de riesgo para el desarrollo de adicción o dependencia a las nuevas tecnologías, ya que están más familiarizados con ellas y saben manejarlas bien.  

   Por otro lado, diversos estudios, han analizado las variables relacionadas con la adicción a las nuevas tecnologías y han encontrado algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar dependencia, en jóvenes y adolescentes:

  • Variables de personalidad: impulsividad, búsqueda de sensaciones, baja autoestima, intolerancia a la frustración y estilo de afrontamiento inadecuado (evitativo, agresivo)
  • Vulnerabilidad emocional: estado de ánimo disfórico (tristeza, irritabilidad), carencia de afecto, cohesión familiar débil y pobreza en las relaciones sociales.

   Sin embargo, ser adolescente y tener ciertas variables de personalidad y vulnerabilidad emocional, son factores que predisponen, pero no son suficientes para desarrollar una dependencia.

¿Por qué el uso de las nuevas tecnologías puede causar dependencia?

   El uso de las nuevas tecnologías, libera endorfinas y dopamina en el sistema límbico (al igual que un abrazo, un beso o una victoria en un partido de fútbol), lo que produce una sensación de placer que actúa como refuerzo positivo, aumentando las probabilidades de repetir nuevamente esa conducta. La repetición continuada de esta conducta lleva al abuso.

   Este abuso de las nuevas tecnologías, interfiere cada vez más en la vida cotidiana, reduciendo el tiempo de estudio, impidiendo desarrollar unas buenas habilidades sociales o dejando de practicar deportes al aire libre. El abandono de estas actividades, en pro de las nuevas tecnologías, genera una situación de dependencia o adicción.

Pero, ¿cómo podemos saber si hay abuso o realmente existe adicción?

   Lo que hace que una conducta sea adictiva, no es tanto su frecuencia como la pérdida de control que experimenta el sujeto, la relación de dependencia que mantiene con ella, la tolerancia que genera, y su interferencia en la vida cotidiana.

   Hablamos de adicción, cuando ya no se utilizan las nuevas tecnologías en busca de esta sensación de placer, sino que se usan para reducir el síndrome de abstinencia experimentado cuando no se están utilizando. Este síndrome de abstinencia se manifiesta a través del aburrimiento, la tristeza, el mal humor, o la sensación de soledad, entre otros. La adicción o dependencia, genera, a su vez, cuadros de estrés, ansiedad y obsesión.

   El ciclo de la adicción comienza con un estado de tensión y el impulso intenso de realizar la conducta adictiva (en este caso el uso de las nuevas tecnologías). La sensación de tensión va en aumento hasta que se lleva a cabo dicha conducta, momento en que se reduce. Esta tensión, vuelve a aumentar en el momento que se deja de realizar esa conducta adictiva.

   Un ejemplo práctico. Estamos en casa, tenemos el móvil sobre la mesa y recibimos un mensaje, su sonido o la luz que desprende nos provoca un impulso intenso de cogerlo y leerlo. Si, por alguna razón no podemos cogerlo y tardamos un rato, esta necesidad de leerlo nos provoca una sensación de nerviosismo e inquietud que va en aumento. A continuación, cogemos el móvil, leemos el mensaje y nos calmamos. Una vez que dejamos el móvil sobre la mesa, la tensión aparece y va en aumento, hasta que vuelve a disparar con el próximo mensaje.

Si reconoces alguna de estas conductas indicativas de adicción o dependencia a las nuevas tecnologías, ponte en contacto con un especialista, que te ayude a superar este problema.

¿Qué podemos hacer para evitar llegar a una situación de dependencia?

   Aquí os dejo algunas recomendaciones para hacer un buen uso de las nuevas tecnologías, que nos ayude a prevenir la dependencia o adicción:

  • Comprar el móvil a la edad adecuada. Ni demasiado pronto que favorezca su uso inadecuado ni demasiado tarde que dificulte la socialización adolescente. Es importante que lo tengan al mismo tiempo que su grupo de iguales.
  • Asumir responsabilidad en los gastos (pagas semanales, gasto realista)
  • Autorregular el placer inmediato: educar en la tolerancia a la espera. Es importante que aprendan a enfocarse en recompensas a largo plazo y no en recompensas inmediatas.
  • Marcar límites de uso: pactar tiempo que se dedica al mismo (que no interfiera con sus actividades diarias), dónde puede usarlo y en qué momentos no debe usarlo (hora de comer, hora de dormir)
  • Hacer un uso diferencial según la edad (contenidos, lugares, frecuencia)
  • Fomentar actividades incompatibles con el uso de nuevas tecnologías (deporte, lectura, excursiones, actividades al aire libre)
  • Educar en un estilo de afrontamiento asertivo. Los estilos de afrontamiento evitativo y agresivo, son un factor de riesgo para desarrollar dependencia.

   Además de esto, unas buenas habilidades de socialización y de regulación emocional, son un factor de protección frente al desarrollo de dependencia a las nuevas tecnologías.

Espero que esta publicación te haya servido de ayuda.

Si tienes alguna duda o sugerencia, escríbeme al correo clinicaprincipado@gmail.com

Hasta la semana que viene, ¡Feliz fin de semana!

Patricia Pereles Montes